Las habilidades lingüísticas y de comunicación les permiten a los niños tener interacciones significativas con los demás. También forman una base para el aprendizaje en otras áreas, como habilidades académicas y sociales. El desarrollo de las habilidades lingüísticas y de comunicación empieza mucho antes de que los niños digan su primera palabra. Desde el instante en el que nacen, los bebés comienzan a comunicarse a través del llanto, arrullos, balbuceos y usando gestos para que se satisfagan sus necesidades. También empiezan a aprender mucho sobre el o los idiomas hablados en el hogar a través de escuchar el tono de voz de sus cuidadores, el rango de sonidos del habla y los patrones rítmicos del habla. Los niños expuestos a más de un idioma aprenderán a diferenciarlos y usarlos, y la investigación actual sugiere que el aprendizaje bilingüe es bueno para el cerebro. Tomarse el tiempo para hablar con los niños acerca de sus rutinas diarias, los objetos en su ambiente, nuevas experiencias, sentimientos e ideas, además de compartir libros con los niños, son todas maneras importantes en que las familias pueden apoyar el desarrollo del lenguaje.
Las actividades en esta sección proveen maneras para que las familias ayuden a los niños a entender lo que oyen (escuchar y entender/habilidades lingüísticas receptivas) y comunicar sus ideas y experiencias (hablar/habilidades lingüísticas expresivas). Es importante mantener muchas conversaciones a diario con los niños (incluso antes de que puedan hablar) y jugar con el lenguaje para que sea divertido.