Desde los primeros momentos de vida, los niños demuestran interés en conectarse con otras personas. Los bebés y los niños pequeños se adaptan cada vez más a las voces, expresiones faciales, emociones y conductas de las personas que los rodean. Aprenden a través de las primeras relaciones con sus familias y otros cuidadores. ¡Imitan y practican lo que ven! Las familias tienen un rol especialmente importante en modelar relaciones cálidas y afectuosas, ayudar a los niños a aprender sobre sus emociones y cómo lidiar con ellas y construir relaciones con los demás. Los niños que reciben cuidados cálidos, coherentes y afectuosos desarrollan una sensación de seguridad y confianza que les permite ser receptivos para explorar su mundo, intentar nuevas actividades, formar amistades y sentir empatía por otras personas.
Las actividades en esta sección proveen maneras para que las familias fomenten el desarrollo social y emocional a través de generar confianza y seguridad emocional, conciencia de sí mismo, autorregulación y relaciones con los demás. Por ejemplo, las actividades incluyen ayudar a los niños a: desarrollar un sentido positivo de sí, reconocer sus propios gustos y aversiones, hablar sobre sus sentimientos, expresar emociones y conductas en diferentes situaciones, aprender maneras de tranquilizarse a ellos mismos y construir autocontrol con la ayuda de adultos, compartir y turnarse, interactuar en cooperación con otros, y usar su imaginación para experimentar con diferentes roles (cuidar a un bebé, preparar la cena, ir al médico, etc.) Los niños que pueden seguir instrucciones, comunicar sus necesidades y deseos eficazmente y llevarse bien con otros niños están más preparados para ser aprendices exitosos cuando ingresan a la escuela.