Usted y su hijo conversarán y describirán situaciones en las cuales ambos han experimentado diferentes emociones. Juntos harán “máscaras de sentimientos” para mostrar caras con esas emociones. Esta actividad ayudará a su hijo a entender y relacionarse con sus propios sentimientos y los de los demás.
Empiece esta actividad viendo cuántos sentimientos diferentes su hijo puede nombrar. Puede empezar dándole un ejemplo de “feliz”. Si a su hijo no se le ocurren otros sentimientos, intente poner una cara de enojo y pregúntele a su hijo qué sentimiento cree que es. Haga lo mismo con triste y asustado. Vea si su hijo también puede imitar esas caras.
Después de haber identificado al menos cuatro emociones básicas (feliz, triste, enojado, asustado) hable con su hijo sobre una ocasión cuando ambos sintieron cada una de ellas. Podría decir: “Esta es mi cara de feliz. Recuerdo que ayer me sentí feliz cuando me hiciste un dibujo en la escuela. ¿Te acuerdas de algún momento en el que estuviste feliz?” o puede decir: “Me pone triste cuando [describa algo que lo pone triste]. ¿Qué te pone triste?”
Después dígale a su hijo: “Vamos a hacer máscaras para cada sentimiento usando platos de papel”. Aliente a su hijo a dibujar una cara que muestre ese sentimiento en cada plato; puede ayudar si es necesario. Su hijo puede decorar los platos con hilo o recortes de papel para crear el cabello y las orejas. También se puede pegar un palito de manualidades en la parte inferior del plato para armar un mango para sostener la máscara.