En esta actividad, usted y su niño harán una casita para un insecto que cubra todas sus necesidades. Después irán a dar un paseo por el vecindario o el patio y encontrarán un insecto para la casita.
Hable con su hijo sobre qué son los insectos y lo que necesitan para vivir: comida, agua, aire y refugio (o un lugar seguro para vivir). Después dígale a su niño, “Hoy vamos a construir una casita para un insecto. Atraparemos un insecto y lo miraremos todo el día para aprender más sobre él. Al final del día, lo devolveremos afuera para que pueda regresar a su verdadero hogar. Debemos asegurarnos de que nuestra casita tenga comida, agua, aire y refugio, o protección, para él. ¿Puedes ayudarme a hacer eso?”.
Busque una bolsita plástica, un recipiente Tupperware transparente o un frasco. Muéstrele a su hijo que va a perforar pequeños orificios en la bolsa o tapa para asegurarse de que el insecto tenga aire para respirar. Después, hable con su hijo sobre cómo él le dará al insecto comida y agua. La mayoría de los insectos comen plantas, de modo que algunas hojas de césped u hojas frescas podrían ser útiles. Una esponjita mojada con agua puede proveer agua. Luego pregúntele a su niño cómo quiere acomodar el refugio (o lugar seguro) para el insecto. Por ejemplo, su hijo puede poner algunas piedras o ramas para darle al insecto un lugar para esconderse. Después de que la casita del insecto quede acogedora y tenga todo lo que el insecto necesita para vivir, ¡es hora de buscar un insecto!
Den un paseo al aire libre para buscar insectos hasta que encuentre un insecto seguro que usted sepa que no muerde o pica. Coloque con cuidado al insecto en su nuevo hogar.
Durante todo el día, miren el insecto y noten lo que hace. ¿Toma o come algo? ¿Se esconde o explora? ¿Qué más notas sobre el insecto? Al final del día, libere al insecto en el mismo lugar donde lo encontró. Repase con su hijo lo que los insectos necesitan para vivir.